Comerán perro?! – Esa fue mi
primera incógnita cuando decidí venir a vivir a China, son muchos los mitos que
escuchamos o leemos, pero que muy pocos pueden ver con sus propios ojos. Y bien
pues, aquí empieza la documentación de mis experiencias en La Republica de
China, las cuales no son más que párrafos que contienen anécdotas, cosas
graciosas y eventos que deseo compartir con mis amigos y obviamente con
ustedes, los que están leyendo.
El viaje desde Colombia fue
tormentoso en el preámbulo, pues me cancelaron el vuelo y tuve que esperar
hasta el otro día para poder viajar, una hora de Cali a Bogotá, 6 horas y 30
minutos de Bogotá a New York y finalmente 16 horas de New York a Hong Kong.
Sinceramente estaba aterrado de lo largo del viaje, ya había viajado de
Medellín a San Francisco y fueron cerca de 12 horas en las cuales no me
quedaron ganas de volver a subirme a un avión.
Era mi primer viaje a Asia y no
tenía idea con quien viajaría, en la sala de espera me topé con musulmanes, ingleses,
turcos, ucranianos y por supuesto chinos. Me tocaba la silla 78B en un avión
que tiene tres localidades por fila, con 3 puestos a cada lado y 4 en el
centro. Calculen la cantidad de gente tan espantosa que iba en ese avión. Y
entre todas esas personas iba un colombiano, más lleno de nostalgias, recuerdos
y necesidades, que de expectativas.
Me tocó compartir el puesto con
un chino y una china, y adivinen quien iba en la mitad?. El viaje realmente fue
mucho más cómodo de lo que esperaba, había recomendado que me dieran menú
vegetariano, pero en el retraso de vuelo, se les olvido y no lo incluyeron. Por
lo que entre las opciones del Menú me toco experimentar mi primer encuentro con
la comida China. Llegando a Hong Kong nos dan el desayuno el cual incluía Pan,
Queso, Mantequilla, Helado, Yogurt y una sopa con granos blancos y raíces
verdes. Para no entrar en detalles, el Yogurt era delicioso y el pan me lleno
lo suficiente como para no tener que repetir el sabor de la sopa. China 1 –
Fabián 0.
Al bajarme del avión fue la
primera vez que realmente sentí que lo que estaba haciendo era algo de lo que
me iba acordar toda mi vida, sensación que me lleno de una alegría equivalente
a cuando te dicen “Amor, me llegó”, esa sensación que te abre el mundo a una
cantidad de oportunidades y planes por realizar. Y fue en el aeropuerto de Hong
Kong que extrañe la primera cosa de Colombia. Saben que en Colombia suelen o
ser muy amables o ser muy descorteces, pues en Hong Kong no pude sentir ninguna
de las dos, era un estado desabrido de sentimientos donde la gente me ayudaba
pero no expresaban ningún sentimiento, ni emoción, lo que realmente fue
bastante extraño para mí.
Después estar viajando cerca de
dos días, debía esperar en el aeropuerto de Hong Kong dos horas para abordar un
Ferry que me llevaría a Shekou-Shenzhen mi destino final. Aquí fue donde me
enteré que Hong Kong es una especie de Zona Franca con autonomía para hacer sus
propias leyes, pero sigue siendo parte de China. Si lo llevamos a Colombia
sería como una Medellín que logro su objetivo ( Los quiero parceros J ). Con esto claro, en
Hong Kong tienen una moneda diferente a la de China, por lo que debí cambiar Dólares
a Dólares Hong Kong y Dólares a Renminbi (rmb). Bastante información para solo
unas horas después de terrible viaje.
Al final después de esperar y
disfrutar de un Internet sin restricciones llego mi Ferry y parto camino a
Shenzhen con más expectativas que recuerdos, el viaje en este barco me cambio
la idea de porque estaba en China, estaba lleno de curiosidad, alegría y
satisfacción de poder lograr uno de mis sueños y disfrutar de esta aventura que
apenas comenzaba.
Llegando al puerto en Shenzhen me
encuentro con un clima soleado y de brisa fría que me hace sentir muy cómodo,
contento y agradecido de tan agradable día, sonriendo me dirijo a la aduana,
entrego papeles, sello y oficialmente Welcome to China. Sensación que no duró
más de 5 minutos hasta que tuve que enfrentarme con el señor Taxista, y aquí
China toma ventaja, China 2 – Fabián 0.
Hasta este momento todos hablaban
inglés, pero resulta ser que no todos lo hacen en la ciudad, el señor taxista
no entiende mi desesperada comunicación corporal por decirle que no se preocupe
que tengo la dirección escrita, me mira fijamente y me dice que no le haga
perder más tiempo que me baje del Taxi; mientras angustiosamente intento
encontrar el papel donde me habían apuntado la dirección del hotel; Finalmente
la encontré, el señor taxista me mira de nuevo y me dice con un hermoso
“ahhmmmm” que todo está bien y me va llevar.
Las primeras imágenes de la
ciudad me dejaron increíblemente sorprendido, esperaba mucho menos de lo que
realmente es la ciudad, edificios gigantes por todos lados, un centro comercial
cada 3 o 4 cuadras, un sistema de transporte muy organizado, metro, calles
impecables, muchas bicicletas, motos eléctricas y una cantidad inexplicable de
autos de gama alta, Jaguar, Ferrari, Audi, Maserati, Porche, Mercedez y Tesla
por todos lados, definitivamente esta ciudad me iba a gustar mucho.
Finalmente logró llegar al hotel,
entrar a mi habitación y descansar mis maletas, el idioma corporal me fue de
mayor ayuda que el inglés en estos momentos. Pero al ver la ciudad, los
edificios, las oportunidades, experiencias y aventuras que me esperaban por la
ventana de mi habitación de hotel, se me llena el corazón de calor, energía y
adrenalina por descubrir esta hermosa cultura que por años me ha sido tan
distante y llena de mitos. China 2 – Fabián 1.
Esta fue la primera parte de lo que espero sean muchas más historias por contar, no tengo acceso a Facebook normalmente, después hablaré más en detalle sobre ese tema, pero por el momento les puedo decir que WhatsApp si funciona, tengo el mismo número, la diferencia horaria es de 13 horas y si en algún momento piensan venir a China, estén atentos a mis posts que van a encontrar concejos que les van ayudar a que la adaptación no sea tan larga.
Good bye from China