lunes, 27 de abril de 2015

Welcome to China!

Comerán perro?! – Esa fue mi primera incógnita cuando decidí venir a vivir a China, son muchos los mitos que escuchamos o leemos, pero que muy pocos pueden ver con sus propios ojos. Y bien pues, aquí empieza la documentación de mis experiencias en La Republica de China, las cuales no son más que párrafos que contienen anécdotas, cosas graciosas y eventos que deseo compartir con mis amigos y obviamente con ustedes, los que están leyendo.

El viaje desde Colombia fue tormentoso en el preámbulo, pues me cancelaron el vuelo y tuve que esperar hasta el otro día para poder viajar, una hora de Cali a Bogotá, 6 horas y 30 minutos de Bogotá a New York y finalmente 16 horas de New York a Hong Kong. Sinceramente estaba aterrado de lo largo del viaje, ya había viajado de Medellín a San Francisco y fueron cerca de 12 horas en las cuales no me quedaron ganas de volver a subirme a un avión.

Era mi primer viaje a Asia y no tenía idea con quien viajaría, en la sala de espera me topé con musulmanes, ingleses, turcos, ucranianos y por supuesto chinos. Me tocaba la silla 78B en un avión que tiene tres localidades por fila, con 3 puestos a cada lado y 4 en el centro. Calculen la cantidad de gente tan espantosa que iba en ese avión. Y entre todas esas personas iba un colombiano, más lleno de nostalgias, recuerdos y necesidades, que de expectativas.

Me tocó compartir el puesto con un chino y una china, y adivinen quien iba en la mitad?. El viaje realmente fue mucho más cómodo de lo que esperaba, había recomendado que me dieran menú vegetariano, pero en el retraso de vuelo, se les olvido y no lo incluyeron. Por lo que entre las opciones del Menú me toco experimentar mi primer encuentro con la comida China. Llegando a Hong Kong nos dan el desayuno el cual incluía Pan, Queso, Mantequilla, Helado, Yogurt y una sopa con granos blancos y raíces verdes. Para no entrar en detalles, el Yogurt era delicioso y el pan me lleno lo suficiente como para no tener que repetir el sabor de la sopa. China 1 – Fabián 0.

Al bajarme del avión fue la primera vez que realmente sentí que lo que estaba haciendo era algo de lo que me iba acordar toda mi vida, sensación que me lleno de una alegría equivalente a cuando te dicen “Amor, me llegó”, esa sensación que te abre el mundo a una cantidad de oportunidades y planes por realizar. Y fue en el aeropuerto de Hong Kong que extrañe la primera cosa de Colombia. Saben que en Colombia suelen o ser muy amables o ser muy descorteces, pues en Hong Kong no pude sentir ninguna de las dos, era un estado desabrido de sentimientos donde la gente me ayudaba pero no expresaban ningún sentimiento, ni emoción, lo que realmente fue bastante extraño para mí.

Después estar viajando cerca de dos días, debía esperar en el aeropuerto de Hong Kong dos horas para abordar un Ferry que me llevaría a Shekou-Shenzhen mi destino final. Aquí fue donde me enteré que Hong Kong es una especie de Zona Franca con autonomía para hacer sus propias leyes, pero sigue siendo parte de China. Si lo llevamos a Colombia sería como una Medellín que logro su objetivo ( Los quiero parceros J ). Con esto claro, en Hong Kong tienen una moneda diferente a la de China, por lo que debí cambiar Dólares a Dólares Hong Kong y Dólares a Renminbi (rmb). Bastante información para solo unas horas después de terrible viaje.

Al final después de esperar y disfrutar de un Internet sin restricciones llego mi Ferry y parto camino a Shenzhen con más expectativas que recuerdos, el viaje en este barco me cambio la idea de porque estaba en China, estaba lleno de curiosidad, alegría y satisfacción de poder lograr uno de mis sueños y disfrutar de esta aventura que apenas comenzaba.



Llegando al puerto en Shenzhen me encuentro con un clima soleado y de brisa fría que me hace sentir muy cómodo, contento y agradecido de tan agradable día, sonriendo me dirijo a la aduana, entrego papeles, sello y oficialmente Welcome to China. Sensación que no duró más de 5 minutos hasta que tuve que enfrentarme con el señor Taxista, y aquí China toma ventaja, China 2 – Fabián 0.

Hasta este momento todos hablaban inglés, pero resulta ser que no todos lo hacen en la ciudad, el señor taxista no entiende mi desesperada comunicación corporal por decirle que no se preocupe que tengo la dirección escrita, me mira fijamente y me dice que no le haga perder más tiempo que me baje del Taxi; mientras angustiosamente intento encontrar el papel donde me habían apuntado la dirección del hotel; Finalmente la encontré, el señor taxista me mira de nuevo y me dice con un hermoso “ahhmmmm” que todo está bien y me va llevar.

Las primeras imágenes de la ciudad me dejaron increíblemente sorprendido, esperaba mucho menos de lo que realmente es la ciudad, edificios gigantes por todos lados, un centro comercial cada 3 o 4 cuadras, un sistema de transporte muy organizado, metro, calles impecables, muchas bicicletas, motos eléctricas y una cantidad inexplicable de autos de gama alta, Jaguar, Ferrari, Audi, Maserati, Porche, Mercedez y Tesla por todos lados, definitivamente esta ciudad me iba a gustar mucho.

Finalmente logró llegar al hotel, entrar a mi habitación y descansar mis maletas, el idioma corporal me fue de mayor ayuda que el inglés en estos momentos. Pero al ver la ciudad, los edificios, las oportunidades, experiencias y aventuras que me esperaban por la ventana de mi habitación de hotel, se me llena el corazón de calor, energía y adrenalina por descubrir esta hermosa cultura que por años me ha sido tan distante y llena de mitos. China 2 – Fabián 1.


Esta fue la primera parte de lo que espero sean muchas más historias por contar, no tengo acceso a Facebook normalmente, después hablaré más en detalle sobre ese tema, pero por el momento les puedo decir que WhatsApp si funciona, tengo el mismo número, la diferencia horaria es de 13 horas y si en algún momento piensan venir a China, estén atentos a mis posts que van a encontrar concejos que les van ayudar a que la adaptación no sea tan larga.

Good bye from China